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El fuerte incremento de la población inmigrante ha convertido a nuestro país en el segundo del mundo en envío de remesas al exterior, sólo por detrás de EEUU.
Según el Banco de España, las remesas enviadas desde España alcanzaron en el 2006 los 6.807 millones de euros, lo que ha supuesto un crecimiento respecto el año 2005 del 31’3% -frente al 1’6% de incremento del conjunto de países de la Unión Europea-. Sólo en el primer trimestre de este año, las remesas desde nuestro país al extranjero aumentaron un 34,71% (respecto al mismo periodo del 2006), lo que hace prever que si se mantiene la tendencia podrían superarse los 7.000 millones de euros antes de que termine el año .
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) prevé que Latinoamérica habrá recibido durante el 2007 unos 52.800 millones de euros en concepto de remesas, de esta forma no es de extrañar que estar remesas constituyan una de las principales fuentes de financiación en estos países –suponen el 8,6% del producto interior bruto de Bolivia, y el 3.6% en Ecuador -.
Tampoco puede extrañar que las entidades bancarias hayan visto un importante nicho de mercado en estos nuevos residentes, y no hayan tenido ningún miedo en lanzar productos específicos para ellos. Porque aunque parezca mentira, todavía hay quien identifica todo lo relacionado con el “inmigrante” con marginalidad, pobreza... y todavía son muchas las empresas que temen perjudicar los valores que sus clientes autóctonos asocian a su marca, si se les vincula a estos nuevos ciudadanos. Imagino que poco a poco todo esto irá cambiando, y no porque cada día seamos más tolerantes, generosos o mejores personas, si no porque “la pela es la pela”, y el negocio que genera el inmigrante es cada día más importante. |
