Los inmigrantes latinoamericanos compran 1 de cada 5 viviendas de segunda mano que se venden en las capitales españolas, o lo que es lo mismo, acaparan el 20% del mercado de la vivienda usada.
Los inmigrantes latinos, al igual que los españoles, prefieren comprar a alquilar porque consideran los arrendamientos caros, y porque frecuentemente las viviendas alquiladas son más antiguas y en peor estado que las que están en venta. A esto habría que añadir otro factor –que no sufren los españoles- como es el prejuicio contra la población inmigrante, que opera especialmente en el mercado de las viviendas de alquiler y no en el de venta, donde el factor decisivo es generalmente sólo económico.
A diferencia de otras nacionalidades que tienden a concentrarse en determinados barrios o zonas geográficas, los latinoamericanos no se agrupan en áreas cerradas, convirtiéndose en uno de los principales demandantes de pisos en las zonas donde la vivienda es más económica.
Una de las claves que ha permitido el acceso a la compra de vivienda a este colectivo ha sido el aumento del número de titulares por hipoteca, también el hecho de que cada vez sean más los que consiguen consolidar su situación laboral y económica y que empiecen a traer a sus familias. Todo esto hace pensar que, salvo que las condiciones de acceso a la vivienda se endurezcan aún más, la demanda del colectivo se incremente aún más.
Fuente: La Vanguardia. |