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El crecimiento de la población inmigrante en España –ya suponen cerca del 10% de la población- está teniendo importantes repercusiones en la economía, esta semana vamos a hablar del sector comercial.
Alimentos como el plátano de freír, el cuscus o los frijoles empiezan a hacerse un hueco en los supermercados españoles. Cada vez es más importante el surtido de productos y marcas típicos de otras latitudes, y es que, según la Federación Española de Alimentación y Bebidas los inmigrantes están contribuyendo a darle un importante empujón a las ventas del sector, después de un par de años estancado. Los expertos señalan que gracias a la inmigración el consumo de comestibles ha tenido un crecimiento del 5%.
La llegada de estos nuevos consumidores, está beneficiando especialmente a dos tipos de establecimientos: las tiendas de descuento y los hipermercados, sólo hay que pasear por sus pasillos para emprender un “viaje culinario” por Ecuador, Colombia, Marruecos......
El consumo de estos nuevos consumidores -con un perfil claramente diferenciado- está condicionado por su menor poder adquisitivo, lo que provoca que el elemento decisivo en el 65% de su compra sea el precio. Aún así, el informe “La distribución comercial en España 2006” de la Secretaría de Estado de Turismo y Comercio señala que su aportación ha sido vital para la expansión del sector comercial, no limitándose su papel al de consumidor, ya que son muchos los inmigrantes que han puesto en marcha sus propios negocios de alimentación, actualmente el 56% de las tiendas tradicionales de comestibles son propiedad de extranjeros. |
